viernes, 14 de diciembre de 2012


Cobre en la dieta

El cobre es un oligoelemento esencial que está presente en todos los tejidos del cuerpo.
Funciones
El cobre, junto con el hierro, ayuda a la formación de los glóbulos rojos, así como al mantenimiento de vasos sanguíneos, nervios, sistema inmunitario y huesos saludables.
Fuentes alimenticias
Las ostras y otros mariscos, los granos enteros, las legumbres, las nueces, las papas (patatas) y las vísceras (riñones, hígado) son buenas fuentes de cobre en la dieta, al igual que las verduras de hoja oscura, las frutas deshidratadas como ciruelas, el cacao, la pimienta negra y la levadura.
Efectos secundarios
Normalmente, las personas obtienen suficiente cobre en los alimentos que consumen. La enfermedad de Menkes (síndrome del cabello ensortijado de Menkes) es un trastorno muy poco común del metabolismo del cobre que está presente antes del nacimiento y ocurre en bebés de sexo masculino.
La falta de cobre puede llevar a que se presente anemia y osteoporosis.
El cobre es tóxico en grandes cantidades. Un trastorno hereditario muy raro, la enfermedad de Wilson, ocasiona depósitos de cobre en el hígado, el cerebro y otros órganos. El aumento de cobre en estos tejidos conduce a hepatitis, problemas renales, trastornos cerebrales y otros problemas.

Recomendaciones
El Comité de Nutrición y Alimentos del Instituto de Medicina (Food and Nutrition Board of the Institute of Medicine ) recomienda los siguientes consumos en la dieta para el cobre:
Bebés:
  • 0 a 6 meses: 200 microgramos por día (mcg/día)
  • 7-12 meses: 220 mcg/día
Niños:
  • 1 - 3 años: 340 mcg/día
  • 4 - 8 años: 440 mcg/día
  • 9 - 13 años: 700 mcg/día
Adolescentes y adultos:
  • Hombres y mujeres de 14 a 18 años: 890 mcg/día
  • Hombres y mujeres de 19 años en adelante: 900 mcg/día
La mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitaminas esenciales es consumir una dieta balanceada que contenga una variedad de alimentos de los MiPlato.
Las recomendaciones específicas dependen de la edad, el sexo y otros factores (como el embarazo). Las mujeres embarazadas o que estén produciendo leche materna (lactantes) necesitan cantidades mayores. Pregúntele al médico cuál es la mejor cantidad en su caso.

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